La Mitad lejana…

androginoSegún la mitología griega, los seres humanos fueron creados originalmente con cuatro brazos, cuatro piernas y una cabeza con dos caras, era un ser especial que reunía en su cuerpo el sexo masculino y el femenino y/o masculino-masculino y femenino-femenino. Temiendo su poder, Zeus los dividió en dos seres separados, condenándolos a pasar sus vidas en busca de su otra mitad.

Otra leyenda habla de unos seres que, por desobedecer a un Dios Envidioso, les cortaron una de las alas, y que, en sus caídas, van buscando a otro castigadx, para así unir sus cuerpos y volar juntos, para seguir desobedeciendo sin temor al castigo eterno, pero felices.

Las culturas vienen señalando desde inmemorables tiempos una suerte de norma inquebrantable, “Buscar la otra Mitad”, y esa carga impuesta a muchos les ha traído felicidad, pero, debe reconocerse que a otros y. mucho más a Otras, les ha traído tristeza, frustración y dolor. La búsqueda del ser perfecto para complementar nuestra imperfección, es uno de los caminos más ciertos para la baja estima de nuestros sentimientos. Hay quienes viven toda una vida atados a una relación violenta sólo por las “normas” sociales que, como grilletes, obligan a “soportar” tanto vejamen por su Mitad.
Y hay quienes “sacrifican” su bienestar emocional por el bienestar de otros. Parece que es norma humana pasar por este espacio cargando sufrimientos innecesarios.

Expreso mis respetos a quienes, sin duda, son privilegiados de haberse encontrado a edad temprana; para aquellxs, que contra todo pronóstico van volando junto a quienes se asemejan.

Hay quienes, viven sus encuentros, descubriendo en muchos y muchas, partes de si, se entregan en una lucha por el vuelo grupal de liberación de una muchedumbre, como legiones de ángeles caídos, que, contra toda orden “Divina”, van develando sus secretos a lxs pequieñxs. Hay otrxs que, se desvían de las normas, para vivir con aquellas Mitades ignoradas y excluidas, con las condenadas a una “soledad” social, con quienes llevan el estigma de ser “diferentes”. Los hay quienes no creen en las diferencias ni en leyendas, y de si mismxs nace la urgente fuerza por quitar las barreras que imponen diferencias. Unos le llaman Fe, vocación, Otrxs le llaman convicción y utopía.

Como sea, si alguna vez recibes un abrazo sin explicación ni motivo, o una sonrisa desconocida, o si te llega un mensaje inesperado, o aparecen un par de oídos para aliviar la angustia, considera que puede ser tu Mitad que ha resuelto diluirse en todas y todos para al fin encontrarte.

Y, si por esas coincidencias , ves a mi otra Mitad, dale mi dirección, que tal vez, la haya extraviado.